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DORMIR MAL GENERA INESTABILIDAD ORGÁNICA, FUNCIONAL O EMOCIONAL: IMSS

DORMIR MAL GENERA INESTABILIDAD ORGÁNICA, FUNCIONAL O EMOCIONAL: IMSS

  • Recomiendan 14 hábitos de higiene para lograr un “buen sueño”, entre ellos, cenar ligero por lo menos dos horas antes de ir a dormir

Para tener una adecuada vida productiva durante el día tanto en lo laboral, como en lo personal, es necesario que una persona adulta duerma de seis a ocho horas, mientras que un niño de edad escolar requiere entre siete y nueve horas para reponer la energía que necesita su organismo.

Las horas de sueño son necesarias para estabilizar y mantener el equilibrio del cuerpo y de cada una de sus funciones, aunado a que el organismo ingresa a una etapa de tranquilidad que garantiza el descanso y la reposición de energía para el día siguiente. De acuerdo con estudios, las personas pasamos la tercera parte de nuestras vidas durmiendo

El doctor Héctor Romero García, coordinador auxiliar de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California Sur, comentó que es de vital importancia el respeto a las horas de sueño.

Destacó que cuando una persona duerme mal, regularmente tiene alguna inestabilidad orgánica, funcional o emocional, la que se manifiesta a través de distintos síntomas y padecimientos denominados trastornos del sueño.

Para tal efecto, el especialista del IMSS recomienda 14 hábitos de higiene para lograr un “buen sueño”: cenar ligero por lo menos dos horas antes de ir a dormir y evitar por la noche el café o té negro y los refrescos de cola, así como el chocolate y la grasa en los alimentos.

Igualmente, mantener una hora estipulada para ir a dormir; hacerlo con ropa cómoda y holgada; evitar dormir con la radio, televisión o el celular encendidos; tener una habitación más cómoda, es decir, sin ruido, ni luz; hacerlo en una cama cómoda con un colchón firme, con sábanas frescas, de fibra natural y, de preferencia, de color blanco; no hacer siesta durante la tarde, ni ejercicio intenso en la noche; ejercitarse durante el día; evitar el tabaco, alcohol y el sobrepeso.

La hipertensión, sobrepeso y obesidad pueden ocasionar trastornos como son roncopatía (ronquido) y la apnea (dificultad para respirar) que pueden afectar la calidad del sueño en las personas. El estrés también altera el patrón del sueño y puede producir insomnio o somnolencia.

Otros signos de los trastornos del sueño son: movimiento de las piernas mientras duermes, amanecer con la boca seca, sensación de flemas en la garganta (orofaringe), cansancio o fatiga, cambios de humor o agresividad, dolor de cabeza (cefalea), baja productividad intelectual, laboral y sexual.

 

En el ámbito laboral, los trastornos del dormir pueden afectar nuestro desempeño. Tenemos baja concentración, alteraciones de la memoria, cambios de carácter, mal humor y agresividad. Esto repercute en la productividad y puede generar problemas de convivencia, llamadas de atención o cambio de funciones.

Ante la sospecha de un trastorno del sueño, lo ideal es no auto-medicarse y acudir con un médico, quien nos canalizará con el especialista correspondiente.

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